El comercio electrónico en América Latina está en una ola de expansión significativa. Con más consumidores entrando en el ámbito digital, aumentando su gasto por transacción y aumentando el tamaño de las cestas, el comercio electrónico está consolidando su posición como una potencia minorista en ascenso. En esencia, los consumidores se están adaptando a las rutinas de compra digitales, lo que marca un territorio propicio para una mayor inversión y desarrollo de canales.
Aquí vemos tanto el crecimiento como el potencial del comercio electrónico en el mercado latinoamericano, enfatizando su capacidad para atraer a un número sustancial de nuevos compradores a medida que nuestros camaleones se conectan cada vez más. Los indicadores clave de rendimiento (KPIs) para el comercio electrónico muestran que casi 2 millones de nuevos compradores se han sentido atraídos por este canal, con un aumento notable en el valor medio de las transacciones (tamaño del ticket). Vemos un aumento constante en la penetración y (más recientemente) en el tamaño de la canasta, con un ligero aumento en el precio, y la frecuencia de las compras muestra un crecimiento menor.
La conveniencia y el mayor acceso a las tarjetas de crédito juegan su papel
Se establece el panorama Omni Pero el comercio electrónico no está creciendo de forma aislada de otros comportamientos de compra, sino que está ocurriendo en sintonía con el desarrollo de una verdadera omnicanalidad.
Mientras que las plataformas de "comercio electrónico puro" se mantienen firmes, proporcionando servicios y productos de nicho sin una huella física, son los minoristas físicos los que están expandiendo sus horizontes en el espacio digital (comercio electrónico no puro) los que están capturando el corazón del mercado. Aportan un legado de confianza y una garantía de calidad al carrito de compras virtual, resonando profundamente con las preferencias cambiantes de los consumidores.
Los datos muestran un aumento constante en la penetración del comercio electrónico a nivel regional, superando el crecimiento de las compras basadas en aplicaciones y WhatsApp, lo que indica un mercado digital maduro. Sin embargo, es el crecimiento constante y sólido del comercio minorista omnicanal lo que anuncia una nueva era, en la que los compradores lideran el camino en la adopción de plataformas digitales sin dejar de mantener sus vínculos con las tiendas físicas.
La evidencia es clara: los canales online se están utilizando para complementar otros canales. Por ejemplo, en México, casi la mitad de los compradores en línea utilizan el comercio electrónico para las compras de "Reposición". También hay un aumento constante, aunque menos dramático, en el uso del comercio electrónico para las misiones de compra de "Abastecimiento". México es un claro líder regional con un aumento de 7 puntos porcentuales en la penetración del comercio electrónico en solo un año, lo que representa la adición de 1,8 millones de nuevos hogares que realizan compras en línea.
Sin embargo, el crecimiento en línea seguirá siendo diferente en toda la región. Algunos, como México, están avanzando —también vemos que Chile y Centroamérica superan a su año anterior—, pero otros están retrocediendo en sus niveles de penetración. Por supuesto, hay razones detrás de tales movimientos que es probable que se reviertan. Por ejemplo, las cifras de Argentina están retrocediendo, pero sabemos que la inflación galopante ha jugado un papel importante en esos comportamientos, ya que la gente busca canales más baratos.
Conclusión más relevante El crecimiento sustancial de la penetración del comercio electrónico en México significa un cambio importante en el comportamiento de compra de los consumidores y representa una oportunidad significativa para la expansión del mercado digital. Las marcas regionales o globales deberían considerar enfocar sus estrategias de venta minorista en línea en México como un floreciente centro de comercio electrónico dentro de la región. Por otra parte, trasladar el enfoque que México ha adoptado a otro mercado es otra forma de pensar en aprender de los pioneros digitales mexicanos. En otras palabras, ¿cuáles son los aprendizajes de México que se pueden aplicar en otros lugares para acelerar el crecimiento en línea, suponiendo que ese sea su objetivo?
