CONCLUSIÓN
Navegando por las nuevas normas
De la perspicacia a la acción.Pasos hacia el éxito
La narrativa del comercio minorista en toda la región es de diversidad y diferenciación. Cada país, con su paleta única de comportamientos camaleónicos y dinámicas de canal, pinta una imagen de la realidad omnicanal, exigiendo una estrategia minorista que sea tan variada como la propia región.
Y aunque veamos algunos patrones estabilizadores, está lejos de ser una imagen estática. A medida que el laberinto minorista latinoamericano se vuelve más complejo, los avances en la tecnología y la evolución de las expectativas de los consumidores entrelazarán aún más los canales de comercio.
Para los minoristas y las marcas, la mejora del rendimiento depende de ofrecer SKUs complementarios en toda la gama de canales y ajustar astutamente los precios para que coincidan. Las negociaciones de contratos serán fundamentales, al igual que priorizar los canales correctos mientras se mantiene una presencia en todo el espectro.
La gestión de categorías es fundamental y requiere una recalibración constante. Las marcas deben preguntarse si sus productos están estratégicamente alineados con las misiones de los compradores y si son lo suficientemente hábiles para atraer y convertir en un panorama en el que los consumidores suelen interactuar con un promedio de seis canales. Saber qué canales sirven como puntos de contacto y cuáles impulsan las conversiones puede ser la diferencia entre seguir las tendencias del mercado y establecerlas.
En un mundo en el que la omnicanalidad se está convirtiendo en la norma, la capacidad de influir en el viaje del comprador, garantizando que el producto adecuado se encuentre con el omnishopper en el momento y lugar adecuados, es primordial