Más claro que el barro
Bienvenido a la búsqueda por la transparencia
A medida que las personas racionalizan sus vidas y redefinen sus prioridades en relación con la sostenibilidad, sus expectativas respecto a las marcas experimentan una profunda transformación. Ya no nos conformamos con saber qué contiene un producto; queremos entender la ética de la empresa que lo ha fabricado.
No se trata de un sentimiento vago e idealista, sino de una demanda cuantificable. Un sustancial 54% de los consumidores expresa una expectativa clara: quieren que las marcas que eligen sean defensoras de la diversidad y la inclusión, tanto en la estructura corporativa como en el contexto social más amplio. No se trata sólo de responsabilidad social corporativa; es una necesidad social corporativa. Y en una sociedad saturada de datos pero carente de significado, la claridad en la comunicación no es sólo una cortesía; es un mandamiento.
Pero vamos a profundizar. El concepto de responsabilidad corporativa se ha ramificado. Por ejemplo, el envasado. Lo que antes era una idea funcional de última hora se ha convertido en un lienzo donde el compromiso de la marca con la sostenibilidad puede ilustrarse con audacia o estar notablemente ausente. Ya sean consejos sobre cómo reducir los residuos o sellos de aprobación de prácticas éticas, el envase es ahora una declaración de intenciones, no sólo un envoltorio que se tira.
En el léxico del consumidor actual, "local" también ha trascendido su condición de palabra de moda para convertirse en un compromiso inquebrantable: una promesa de enriquecer las comunidades que alimentan el ecosistema empresarial. Y no olvidemos los aspectos operativos. Reducir los residuos en la cadena de suministro no es sólo una medida de reducción de costes; es una prueba de fuego de la brújula ética de una marca.
En un mercado en el que cada compra con tarjeta de crédito es un voto en la urna de los valores sociales, hacer menos de lo mínimo no es una opción. De las marcas no sólo se espera que cumplan estas expectativas polifacéticas; se espera que las superen siendo pioneras de nuevas normas que configurarán el panorama ético y operativo del sector. Para que esto ocurra, habrá que educar a los consumidores latinoamericanos sobre cuestiones como lo que puede significar la neutralidad de carbono ahora y en el futuro.
Queda mucho camino por recorrer para que la gente entienda que lo que hoy no parece muy tangible debe ser un criterio básico de ciudadanía corporativa. La comunicación del sector debe empezar por ahí.
Las marcas también tienen que darse cuenta de que el movimiento más amplio hacia la transparencia y el origen puede aportar beneficios tangibles. Ya sabemos que los consumidores, armados con un arsenal de información, buscan algo más que etiquetas: buscan relatos. Quieren conocer el origen de los productos que eligen, ya sea una historia de abastecimiento ético o de producción sostenible. Con cada vez más información disponible, cabe esperar que este movimiento se acelere.
Lo sabemos porque nuestros encuestados de toda la región nos piden liderazgo, por el tipo de innovación revolucionaria que no se limita a responder a sus expectativas, sino que se anticipa a ellas. Es una gran demanda, pero ante los retos existenciales de nuestro planeta, ¿podemos permitirnos aspirar a menos?
Tras profundizar en la dinámica del cambio de responsabilidades, la profunda transformación de las expectativas de los consumidores y la innegociable exigencia de transparencia, está claro que quedarse al margen no es una opción. Así que aquí hay una serie de acciones simplificadas para empezar.
Los Eco-Actives y los Eco-Considerers no son sólo grupos demográficos; son una fuerza financiera. Adapta tus estrategias para sacar partido de sus 46.2 mil millones de dólares en FMCG.
Los consumidores que dan prioridad al planeta son también compradores meticulosos. Simplifica todo tu proceso con paquetes y plataformas fáciles de usar.
Obstáculos como los productos difíciles de encontrar no son solo retos logísticos; erosionan la confianza en la marca. Prioriza la accesibilidad en tus tiendas y plataformas en línea.
La confianza no es sólo un valor; es esencial para la lealtad a la marca. Genera y mantiene la confianza alineando tu marca con los valores de los consumidores en relación con la sostenibilidad.
El envase es más que un simple envoltorio: es una declaración de los valores de la marca. Adopta envases sostenibles e informativos para satisfacer las crecientes expectativas de los consumidores.
La preocupación por los precios no es sólo una barrera económica; es una llamada a la innovación. Ofrece estrategias de precios escalonados para que la sostenibilidad esté al alcance de todos.
Los consumidores no se limitan a leer las etiquetas; buscan narrativas. Adopta una transparencia total en el origen y la producción para generar confianza y fidelidad.
Las marcas de todo el espectro, especialmente en el sector FMCG, se encuentran en una encrucijada. Por un lado, tienen la capacidad única de influir en el comportamiento de las masas e impulsar un cambio real; por otro, se enfrentan a los retos de implantar prácticas sostenibles y mantener la rentabilidad.
Nuestra reciente investigación revela una intrigante paradoja: cuando se les pide que enumeren las marcas que realmente se preocupan por el medio ambiente, muchos encuestados se quedan en blanco o dan respuestas dubitativas. No se trata solo de una brecha de percepción, sino de una oportunidad muy clara. Las marcas tienen un potencial notable, pero en gran medida desaprovechado, no sólo para elevar sus iniciativas medioambientales, sino también para grabar su lugar en la conciencia pública como guardianes del planeta.