Como punto de partida de nuestro estudio, le preguntamos a las personas cuál es su preocupación más grande de una lista de retos ambientales.
A nivel mundial, el cambio climático sigue siendo la preocupación número uno, citada por el 16.9% de los participantes, vemos un aumento del 0.5% a comparación del año 2019.
Los residuos plásticos siguen siendo la segunda preocupación más importante, la cual también presentó un incremento, del 14.0% al 14.8%, sigue siendo una prioridad para muchos porque los desechos plásticos representan una problemática que es muy visible; la gente está consciente de su contribución y puede percatar las evidencias físicas de los desperdicios y del daño que se causa derivado del uso del plástico. Las preocupaciones relacionadas con el agua disminuyeron este año; sin embargo, vimos un incremento en la preocupación por la contaminación atmosférica y por la deforestación. La encuesta se llevó a cabo en los meses de mayo y junio, en los cuales hubo mucha atención mediática alrededor de nuestros "cielos azules", como resultado del confinamiento. Los niveles de contaminación atmosférica en nuestras ciudades, los devastadores incendios forestales en Australia y la deforestación en el Amazonas captaron la atención fuertemente. Sin embargo, este panorama global no muestra las muchas diferencias regionales; por ejemplo, en América Latina la contaminación del agua y la escasez del agua fueron la primera y segunda preocupación más grande, respectivamente; mientras que en Asia las preocupaciones principales fueron los residuos plásticos y la seguridad alimentaria, un importante porcentaje de personas (42.9%) seleccionaron una o la otra.
Quiénes influyen
En el estudio de este año hicimos una pregunta nueva: "¿Quiénes son las personas que tendrían más impacto en tu comportamiento respecto al medio ambiente?" Si bien vemos que los medios y los eventos alrededor del mundo captan la atención, quienes realmente influyen en nuestro comportamiento son quienes están más cerca de casa.
El treinta y ocho por ciento piensa que quienes los están alentando a ser más ecológicos son las personas de quienes valoran más sus opiniones, quienes más influyen en el comportamiento de la gente son sus hijos, seguidos por amigos y padres, lo que demuestra que la influencia generacional puede ir en ambas direcciones.
El impacto del COVID-19 en nuestros esfuerzos ambientales
Hemos visto algunos impactos inmediatos en nuestros esfuerzos por ser ecológicos debido al COVID-19. El cambio en la experiencia de compra ha dado como resultado que sea menos probable que los consumidores revisen en las etiquetas de los productos la cantidad de calorías, azúcar y factores ambientales, como el aceite de palma y el comercio justo.
Los europeos occidentales fueron los que se fijaron en más elementos al momento de seleccionar la comida, revisando 3.8 elementos, a comparación de 4.2 del año pasado. Sin embargo, hubo dos áreas en las que las personas mostraron más compromiso: que las etiquetas mostraran controles de calidad y que fuera un empaque reciclable, con un incremento del +3% y +4% respectivamente.
Lo más probable es que esta reducción en cuanto a las necesidades que debe cubrir el producto sea a corto plazo y la necesidad de proteger a nuestro medio ambiente es tan importante que no puede ser ignorado, esto se ha mostrado en varias maneras.
Actualmente, la gente se ve personalmente afectada por los problemas ambientales, según lo reportado a nivel global por el 46% de los participantes, incrementando a dos de cada tres personas en Asia.
Cuando la contaminación o la escasez del agua dañe de manera directa tu salud o a tu comunidad será realmente importante resolver estas problemáticas.
El cambio entre algunos gigantes de FMCG se ha seguido viendo, con anuncios importantes de Unilever sobre el etiquetado de carbono y otras marcas como L’Oreal y Evian anunciando sus planes de ser neutros en carbono.